Premio Aproin a la mejor edificación no residencial en rehabilitación | Pazo de A Raposeira

 

El Pazo de A Raposeira, situado en el barrio vigués de Sárdoma, cuya construcción inicial data del primer cuarto del siglo XVII, pertenece a ese tipo de edificación, eminentemente gallega, solariega y señorial – vinculada a la clase hidalga – de las que apenas quedan ejemplos en la ciudad de Vigo. Este tipo de construcciones se complementan, normalmente, con un palomar, capilla y otras dependencias anexas. En este caso no nos consta que haya existido palomar alguno pero sí un hórreo de granito de doce pies, el cual se conserva en perfecto estado, como también se conserva un jardín de estilo francés de indudable interés paisajístico.

Se trata pues de una edificación de gran sobriedad, compuesta de dos plantas que conforman un patio en forma de U, con la torre – discretamente decorada – dispuesta en uno de los ángulos de la U y una llamativa chimenea de formato rectangular a modo de imponente macizo de piedra, el mismo material que, colocado siguiendo diferentes aparejos, conforma los muros de cerramiento del inmueble en su conjunto.

Este Pazo en estado de ruina funcional, antes de su incorporación al patrimonio municipal, ubicado en un entorno urbanísticamente caótico, en medio de un remedo de polígono industrial – en el que el propio Pazo podría parecer una anomalía – dejará de ser ese gran desconocido, que actualmente lo es, para la mayoría de los vecinos, merced a la revitalización promovida por el Concello de Vigo y a su nuevo uso mediante una explotación sostenible que ha de garantizar su preservación en el tiempo.

La rehabilitación se ha llevado a cabo conforme al proyecto redactado por el arquitecto D. Emilio Estévez Fernández, quien, junto con el arquitecto técnico D. Antonio Arias Rodriguez, dirigió la obra y su ejecución, la cual corrió a cargo de la empresa Construcciones Abal. La intervención arquitectónica se ha centrado en el restablecimiento de las condiciones de utilidad del inmueble para su uso público dentro del ámbito sociocultural, acorde a las exigencias normativas actuales, es decir, cumpliendo los requisitos básicos que le son de aplicación conforme al Código Técnico de la Edificación, así como su adecuación estructural, evitando entrar en conflicto con las directrices de Patrimonio Histórico y tratando de preservar todos aquellos elementos cuyo estado de conservación así lo permitiese.

En definitiva se ha cumplido un principio, asumido en arquitectura en general y en rehabilitación en particular, que se recoge en la frase: “menos es mas” – atribuida a Mies Van der Rohe – con lo que la intervención se centró en labores de limpieza, recuperación y renovación bajo el lema de la mínima intervención, eso sí, mejorando sus condiciones de salubridad, estructurales, confort y accesibilidad.

Mas que relatar de forma pormenorizada la intervención, destacaremos la reposición de la estructura, con vigas de madera de castaño – de una sección considerable – la reposición de toda la carpintería exterior con ventanas de madera de castaño certificadas por el estándar Passivhouse con doble acristalamiento y contraventanas también de madera, la sustitución de puertas interiores de madera por puertas de vidrio para favorecer la amplitud visual de los diferentes espacios, algo que demandaba el uso multidisciplinar que se la va a dar al inmueble tras esta actuación.

Dentro de aquellos elementos que han sido recuperados cabe destacar unos canecillos interiores de piedra – sin ornamento alguno -; una  lareira en muy buen estado, dos bebederos murales para pájaros hechos en piedra y parte del lagar que existió en la bodega, concretamente  un tanque pétreo junto con la canalización que conducía el mosto de la uva, después de prensada esta, hasta dicho tanque.

Merecen especial mención las instalaciones, tanto de climatización como de alumbrado, llevadas ambas al más alto nivel de domotización, con la finalidad de conseguir una mayor optimización energética. También es reseñable el sistema de recuperación del agua de lluvia, para su reutilización en los sanitarios, así como en labores de limpieza y riego del jardín.

Después de  analizar la documentación presentada y de la pertinente visita, el jurado de los Premios APROIN ha considerado a esta extraordinaria rehabilitación del Pazo de A Raposeira, como merecedora del Premio en la categoría Mejor Obra no Residencial 2024.

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