Los jóvenes, la asignatura pendiente del sector inmobiliario
María Matos
directora de estudios y portavoz de fotocasa_
Para Fotocasa el compromiso con los jóvenes es una prioridad. La relación de los menores de 35 años con la vivienda es cada vez más difícil, por eso se hace todavía más urgente la adopción de medidas y planes que faciliten la accesibilidad al hogar de este colectivo.
Desde que en 2008 estalló la burbuja inmobiliaria, los españoles menores de 35 años han tenido que ir retrasando su edad de emancipación. De hecho, un 40% de jóvenes aún vive con sus padres. Una preocupante realidad que se ha incrementado tras la pandemia. El paso de la Covid-19 ha impactado muy negativamente en su situación laboral, dejando un trabajo cada vez más precario y estacional, y aumentando en casi 10 puntos porcentuales el desempleo joven, manteniendo a España como líder en paro juvenil de toda Europa, con una tasa de paro entre los menores de 25 años del 39,5%, más del doble que la media de la eurozona.
Con estos datos, se hace evidente señalar que la situación de inestabilidad y precariedad laboral es el principal freno que impide a los jóvenes independizarse. De intentarlo, se decantan por el alquiler, ante una mayor dificultad para ahorrar lo suficiente y poder adentrarse en la compra de una vivienda. De hecho, según nuestros informes, desde el comienzo de la crisis económica se está produciendo un descenso acelerado de jóvenes propietarios: hoy apenas el 26 % de los menores de 29 años tiene un piso en propiedad, frente al 54 % que lo tenía en 2008.
Por lo tanto, si ahora menos jóvenes compran casas, quiere decir, que cada vez más jóvenes viven de alquiler, una cifra que también se ha disparado tras la pandemia pasando del 56 % en 2020, al 59 % en 2021. Sin embargo, desde Fotocasa percibimos mucha frustración porque a la mayoría de ellos, al 70 %, les gustaría tener una vivienda en propiedad en, al menos, los próximos 5 años.
Las oportunidades laborales son el principal requisito para que puedan emanciparse pero la precariedad de sus salarios y el crecimiento del precio de la vivienda les dificultan cada vez más el acceso a una vivienda. Sin embargo, el impacto del coronavirus en nuestro país y el ambiente en el que respiran, no han frenado sus aspiraciones ya que los jóvenes buscan, ahora, más vivienda que hace un año. Ellos son los más activos del mercado –muy por encima de las franjas de edad más maduras– y reflejan su naturaleza de atrevimiento y esperanza frente a los cambios. A pesar de la incertidumbre económica, ven la agitación del mercado como un momento en el que encontrar buenas oportunidades. Es por ello que el sector inmobiliario debe comprometerse a dar respuesta a esta nueva demanda surgida tras la pandemia mediante el fomento de vivienda asequible para este colectivo.
Nuestros jóvenes son el reto más importante que tiene la sociedad por delante, nuestro futuro y el del mercado de la vivienda dependerá de cómo les tratemos ahora. Por ello, facilitarles el acceso a su primer hogar es responsabilidad de todos en conjunto.