interiorismo

Decorar con golondrinas

Imágenes via Pinterest y cedidas por VP interiorismo.

Como alternativa a los cuadros o a los espejos, en los últimos años han proliferado las esculturas de pared para decorar los espacios. Las hay de distintos tamaños, materiales y formas, pero de todas ellas hay una que tiene una historia curiosa detrás que os quiero contar.

Hay que remontarse a 1891 para empezar esta historia, ya que fue en ese año cuando el destacado artista portugués Raphael Bordallo Pinheiro creó unas golondrinas de cerámica para decorar el techo de la tienda para fumadores “Tabacaria Mónaco”, en el barrio del Rossio de Lisboa.

Cinco años más tarde, intuyendo la popularidad de estas figuritas, el artista registró la versión original de estas preciosas aves cerámicas.

Esas golondrinas originales, siguen hoy posadas en su simulado tendido eléctrico formando parte de la decoración de la tabaquería lisboeta.

La imagen de estas aves, conocidas por su valentía y fidelidad, tocaron el corazón de los portugueses y, a lo largo del siglo XX, fueron adaptadas artesanalmente y utilizadas en fachadas, balcones e interiores domésticos de todo el país.

Con el paso de los años, estas icónicas figuras ganaron popularidad y trascendieron su función decorativa para convertirse en amuletos protectores, tratando de recrear el mito popular que augura buena suerte a los habitantes de aquellas casas en cuyos aleros aniden estos pájaros.

A partir de los años 50 del siglo pasado, fueron un recuerdo tradicional que viajaba en la maleta de los que emigraban. Al regalarlas, se deseaba suerte para la nueva aventura y se conjuraba la esperanza de volver a la patria, tal y como hacen las golondrinas regresando cada año a su nido. Era fácil identificar los hogares de los portugueses emigrados por las golondrinas que decoraban sus nuevos hogares.

La golondrina evoca el deseo de regresar al nido, recordándonos nuestras raíces y la inquebrantable conexión con nuestra tierra natal.

En la actualidad, artesanos de todo Portugal y de muchos otros países ofrecen sus propias interpretaciones de esa forma única. En Galicia tenemos un precioso ejemplo con las “Anduriñas” de la empresa orensana VP Interiorismo.

Las golondrinas de cerámica se pueden colocar volando en infinitas formaciones. Lo importante es que la colocación tenga cierta espontaneidad, recreando el vuelo real de estas aves.

Y no solo vuelven las oscuras golondrinas. Actualmente las podemos encontrar en todos los colores imaginables.