A la hora de hablar de habitabilidad en el sector inmobiliario debemos tomar como referencia la definición que aparece en el artículo 3 de la Ley de Ordenación de la Edificación (38/1999 del 5 de Noviembre).

En este artículo se definen los plazos de responsabilidad (del promotor) con respecto a dar respuesta a reclamaciones de daños que afecten a los elementos constructivos y las instalaciones del edificio que no permitan satisfacer el requisito básico de habitabilidad, por un periodo de tres años desde la recepción de las obras.

A estos efectos, en dicho artículo se definen los posibles contextos en función de los que se podría clasificar el daño declarado:

Higiene, salud y protección del medio ambiente (requisitos de salubridad). Es especialmente relevante, por su carácter novedoso, la inclusión en el CTE del documento HS6 Protección frente a la exposición al Radón, gas altamente perjudicial para la salud originado por la degradación de suelos fundamentalmente graníticos.

Ahorro de energía y aislamiento térmico: definición de las pautas de diseño que permitan alcanzar un modelo de eficiencia energética en el que se fomente el uso de energías renovables;

Protección contra el ruido: busca garantizar unas condiciones de aislamiento acústico de las diferentes estancias del inmueble adecuadas con el fin de proteger la salud de las personas y el ajuste correcto al uso de sus espacios;

Otros aspectos funcionales de los elementos constructivos o de las instalaciones: responde a todos aquellos aspectos que no han sido recogidos expresamente en los anteriores puntos y que de no tenerse en cuenta pudieran suponer un obstáculo al uso satisfactorio del edificio.

Adaptación del sector

Sostenibilidad, eficiencia y el respeto con el medio ambiente son conceptos que están en el orden del día y marcan una tendencia global en la que el sector de la construcción debe estar implicado para dar respuesta a las demandas de la sociedad en cuanto a que los edificios de uso residencial cumplan con el requisito de habitabilidad.

La mejora de la eficiencia energética, el uso de instalaciones apoyadas por fuentes de energía renovable y la utilización de materiales reciclados son los aspectos que han motivado las últimas modificaciones del marco normativo en el diseño de edificios y que impulsarán la reconversión energética integral y la adecuación del actual parque inmobiliario.

En este sentido, se han desarrollado diversos programas entre los que se encuentra el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), con el objetivo de, apoyado por los fondos Next Generation, fomentar este tipo de actuaciones.

En el ámbito asegurador, en Asefa no podríamos ser ajenos a las nuevas tendencias y exigencias del mercado y de la sociedad en cuanto a las prestaciones de los edificios y, por ello, ofrecemos al promotor la posibilidad de complementar su póliza de seguro Decenal de Daños con la Garantía Trienal de Habitabilidad que le permite alcanzar un nivel de cobertura integral sus inmuebles.

Gracias a esta cobertura, el Promotor podrá hacer frente no solo a los posibles daños materiales que se puedan originar con el trascurso del tiempo, pero también podrá dar respuesta a reclamaciones recurrentes como pueden ser un nivel de aislamiento térmico inadecuado, los olores ajenos en baños y cocinas, los ruidos entre viviendas o en las instalaciones, entre otros.