Se trata de un edificio de promoción privada destinado a la comercialización de viviendas en propiedad, con un presupuesto disponible para su ejecución bastante limitado. Nuestras herramientas para intentar vencer las inercias que imponen los condicionantes propios de la dinámica de la construcción de viviendas colectivas han sido principalmente dos. Por un lado, utilizar las nuevas exigencias normativas para plantear soluciones constructivas que den pie a soluciones formales alejadas de los criterios clásicos. Por otro, potenciar el desarrollo de los espacios comunes del edificio, para introducir elementos complementarios de las viviendas de mayor calidad arquitectónica.

En cuanto al primer aspecto, se ha planteado una fachada trasventilada rematada con paneles cementosos, combinados con paños revestidos con tablas verticales de “madera modificada termotratada”. A cada material se le asigna un plano diferente, la madera en el plano de la alineación y los tableros del Swisspearl en los planos del voladizo. Ambas soluciones y los huecos se ordenan con una geometría sencilla, en la que se marca la continuidad de las líneas de los forjados, reforzándolas con el vuelo de los balcones. En cuanto a las zonas comunes, se han puesto especial interés en el tratamiento de los 2 accesos al edificio, así como en el Salón comunitario y el espacio exterior vinculado a este, a los que se accede desde ambos portales.

En resumen, es un edificio que no busca la singularidad, ni la relevancia, sino tan solo optimizar los escasos recursos disponibles y proponer una manera de hacer sencilla, pero acorde a las herramientas formales y tecnológicas disponibles.