La cocina americana

Cristina Alcalá
Abracadabra Decor

Este verano cayó en mis manos un ejemplar de lo que hoy sería una revista de decoración, del año 1.948. Perteneció a mi abuela, de quien heredé el interés por el interiorismo y la pasión por las casas bonitas. No había apenas fotografías, sobre todo había dibujos, y me pareció fascinante.

Lo que más llamó mi atención fue un reportaje sobre de las cocinas “americanas” que quiero compartir porque, 77 años después, sigue siendo un asunto de actualidad, interesante y polémico.

Cito literalmente algunos textos de la publicación:

“La máxima novedad en las revistas americanas la representa la cocina-cuarto de estar”

“A nosotros no dejan de resultarnos aún extraños tales tipos de cocina, separados del cuarto de estar por un mostrador, que hace las veces de mesa de comedor. Esto le da cierta atmósfera de bar, que nada tiene que ver con nuestra vivienda. El dinamismo del pueblo americano y su vida un poco inquieta, con mínimas horas de hogar, exigen que todo esté a mano y al alcance de la vista”.

“Ofrecemos otro modelo de este género de cocinas. Al igual que la anterior, está integrada por placas y hornos eléctricos de distintas temperaturas, aparatos para fregar, aclarar y secar la vajilla, batería y cristalería, cámara frigorífica, planchador, secador, etcétera. Todo perfectamente estudiado y ordenado”.

“Este, en cambio, es el interior de una cocina española. Las paredes van cubiertas de frisos de azulejos. Entre el fogón y el fregadero cabe colocar una mesa cubierta de madera o mármol que será un magnífico auxiliar”.

Desde 1.948, no se puede negar que la vida en España se ha vuelto mucho más dinámica, que se pasan muchas menos horas en el hogar y que la cocina generalmente ya no es una zona de servicio sino de disfrute con familia y amigos, siendo en muchos casos el corazón de la vivienda. 

Las cocinas abiertas tienen, además, desde el punto de vista del diseño y del interiorismo, la capacidad de crear espacios más luminosos y fluidos, pero también es cierto que los olores, el ruido o el desorden que generan pueden suponer un problema.

El asunto de las cocinas abiertas o cerradas a día de hoy es un factor importantísimo en el diseño de las viviendas. Unas no son mejores que otras; lo fundamental es que satisfagan las necesidades de sus habitantes de la mejor forma posible y eso dependerá de sus costumbres culinarias y de su vida social y familiar. Hay que encontrar el equilibrio entre estilo, funcionalidad y privacidad para cada hogar. 

Quizá en el término medio esté la mejor opción, pudiendo diseñar cocinas con cerramientos móviles que permitan integrarlas o independizarlas del resto de la vivienda a voluntad, o con cerramientos acristalados que permiten mantener la conexión visual y la luz, pero reducen los olores y el ruido.

Según datos de la empresa “Aquí tu reforma”, el 61% de los proyectos de reforma solicitados en España prefieren cocinas cerradas, aunque este dato no se refiere a obra nueva, donde las cocinas abiertas parecen ser la opción más habitual.

En mi estadística particular, tomando las últimas 50 viviendas en las que he realizado trabajos de interiorismo y reformas, 22 de ellas (44%) tenían y han mantenido cocinas cerradas, 20 de ellas (40%) tienen cocinas abiertas y 8 de ellas (16%) tienen soluciones mixtas con cerramientos móviles o con vidrios. De estas 50 intervenciones, 11 de ellas (22%) han consistido específicamente en abrir la cocina al salón de forma total o mixta.

¿Con cuál te quedas tú?

 

 

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