Nos movemos en un entorno que llama al cambio; tal vez, al fin definitivo de determinadas ideas muy asentadas (casi prejuiciosas). Esto acontece en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, y por ende en el de la salud.

En este sentido; las compañías aseguradoras, conocedoras de ello, han evolucionado para adaptarse a los nuevos tiempos. Su objetivo es acoplarse, acompañar al usuario en su modo de vida, sus elecciones, sus circunstancias y su bolsillo… No hay un único modelo de persona así que no debe haber un único modelo de asistencia sanitaria privada. Se trata de que la póliza “nos siga” o “nos sirva” en nuestras necesidades, preferencias y posibilidades. Usted define el diseño.

Así, las aseguradoras han desarrollado sus catálogos haciéndolos flexibles, modulares, complementarios; pretendiendo desterrar la creencia de que una póliza de salud es una alternativa elitista y cara solo al alcance de algunos.

Hay quien prefiere elegir al profesional sanitario que le asista, para ello existen opciones de reembolso que permiten recuperar el 80 % de la factura.

Habrá quien no quiera esperas interminables para una consulta médica por lo que puede simplemente contratar un módulo de acceso a medicina general y especialistas.

Tal vez se busque una póliza completa pero pagando una prima mínima, en ese caso se podrían contratar copagos competitivos de modo que nuestro gasto mensual no se incremente y si, por suerte, acudimos poco al médico.

A partir de aquí, podemos encontrar cuadros médicos V.I.P., precios especiales y reducidos para medicina preventiva, coberturas dentales gratuitos, segunda opinión internacional, videoconsulta, fisioterapia a domicilio, reembolso de farmacia, App de gestión, pólizas para Seniors…

Con las múltiples posibilidades podemos optar a la solución que encaje en el punto exacto de tener cubierto aquello que nos preocupa y adaptándose a un presupuesto. ¿Qué les preocupa?