Aproin Digital 158 / Energías renovables  

energías renovables

José María González Moya

director general de appa renovables_ _

 

Galicia pionera en descarbonización con renovables

Hace no demasiado tiempo, las energías renovables eran protagonistas de un interesante debate: ¿hay que priorizar la sostenibilidad o la competitividad? Hoy ese debate es historia.

Cuando el entonces comisario europeo de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete, anunció en el I Congreso Nacional de Energías Renovables que la Comisión Europea iba a aumentar sus objetivos renovables debido a la competitividad de estas tecnologías, se constataba algo que ya se defendía desde el sector hace años: la apuesta por las renovables es un acierto para nuestra economía.

Hoy, tras la apuesta del Pacto Verde Europeo, que señalaba a las energías renovables como un camino para impulsar la industria, el empleo y la riqueza a través de la descarbonización, estas energías limpias se han convertido en un pilar sobre el que reconstruir nuestra economía tras la crisis que estamos viviendo.

Galicia ha sido una de las Comunidades Autónomas pioneras en apostar por estas energías y, en los últimos años, ha acelerado aún más su Transición Energética. Desde la cuarta posición que tenía en 2018, con 3.985 MW instalados, Galicia se situó en 2019 en la segunda, con 7.708 MW. Un paso adelante que le sitúa a la cabeza de España, solo superada por Castilla y León, gracias a sus excepcionales recursos energéticos.

El envidiable recurso energético gallego

Hidráulica y eólica son, por supuesto, las grandes bazas gallegas para estar a la cabeza del país en generación renovable. Sin embargo, las plantas de biomasa, apoyadas en un magnífico recurso biomásico, tanto forestal como agrícola o ganadero, cumplirán también un importante papel en el futuro energético gallego. La conexión a red el pasado año de la planta de Teixeiro (Curtis) supone un paso más en el camino hacia la sostenibilidad en Galicia. La planta de Greenalia es una de las dos centrales de biomasa más grandes de España y será alimentada con biomasa forestal.

La central de biomasa de Allariz o el parque eólico experimental de Sotavento son proyectos de la compañía gallega Engasa, que resume en su portfolio las tecnologías características de esta Comunidad Autónoma: hidráulica, eólica y biomasa.

Sin embargo, no debemos quedarnos en el recurso autóctono o los proyectos gallegos para ver cuál puede ser el impacto de la Transición Energética en la generación de empleo. La mencionada Greenalia tiene entre sus planes el desarrollo de cuatro nuevos proyectos eólicos marinos flotantes en Gran Canaria, un ejemplo de cómo las renovables pueden revitalizar otros sectores como el de los astilleros. Con el potencial de fabricar en nuestro país hasta el último de los tornillos de la eólica flotante, el sector industrial gallego se verá favorecido por los objetivos renovables de las próximas décadas.

Objetivos ambiciosos, riqueza para Galicia

Los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima son claros: contar en 2030 con el 42% de la energía renovable y el 74% de la electricidad proveniente de estas tecnologías. Este dato, llevado a empleos, supera los 100.000 nuevos puestos de trabajo en la próxima década.

A diferencia de otros sectores económicos, las energías renovables no se han visto frenadas por la crisis del COVID19. 2019 marcó el récord de instalación nacional con más de 7 GW de potencia instalada y 2020 ha sido el tercer año de la serie histórica con mayor incorporación de renovables: 4.639 MW de potencia, de los cuales 623 MW correspondieron a autoconsumo fotovoltaico.

Estamos, por lo tanto, ante un sector en crecimiento con un importante futuro por delante, porque si los objetivos de 2030 son ambiciosos (74% de electricidad renovable cuando 2020 cerró con el 44%), más lo son las metas que tenemos marcadas de cara a 2050: una descarbonización total de nuestro modelo energético para ser neutros en carbono en Europa.

El futuro del sector: almacenamiento, hibridación… e hidrógeno

El hidrógeno verde ha copado en los últimos meses los titulares de las noticias energéticas y no es para menos. La producción de hidrógeno a partir de fuentes de generación renovable constituye un medio incomparable para acometer la Transición Energética de forma global. El hidrógeno verde es solución para los usos industriales que requieren altas temperaturas, para la movilidad sostenible o para el almacenamiento energético estacional. Lamentablemente, esta solución aún dista de ser competitiva en precio frente a las alternativas actuales, por lo que solo resta esperar que las numerosas iniciativas puestas en marcha sirvan para reducir sus costes durante la próxima década.

Mientras esperamos que el hidrógeno verde vaya reduciendo sus costes e incorporándose a nuestra realidad energética, el almacenamiento contribuirá, junto a las renovables gestionables, a facilitar la adecuación entre producción y demanda de un modelo eléctrico con una importante presencia de eólica y fotovoltaica. Y la hibridación, una modalidad que, gracias a la reducción de costes experimentada por estas dos tecnologías, hará que podamos hacer un uso más eficiente de las redes.

Cuando hablábamos de los recursos energéticos de Galicia y mencionábamos la hidráulica y la eólica, parecíamos pintar un clima sombrío pero no debemos olvidar que Pontevedra cuenta con algo más de 3.000 horas de sol al año. No tan alejada de las 3.500 de Sevilla. Teniendo en cuenta que los paneles fotovoltaicos funcionan mejor a temperaturas más bajas, la hibridación fotovoltaica y el autoconsumo deberían ser una opción clara.

La integración arquitectónica de las renovables

El autoconsumo, gracias a la nueva regulación estatal que ha simplificado los trámites y el apoyo autonómico y local a las instalaciones, constituye una buena forma de reducir los costes energéticos asociados a la vivienda o las oficinas.

Otras formas de generación a tener en cuenta para conseguir una edificación más eficiente pasan por el uso de renovables térmicas como la biomasa o la geotermia para satisfacer las necesidades de calefacción, refrigeración o agua caliente sanitaria. Y, por supuesto, todos los usos que se pueden electrificar, eliminando consumos de combustibles fósiles, pueden alimentarse con electricidad renovable. Hoy existen numerosas opciones de comercializadoras que ofertan este tipo de energía, garantizando a los usuarios de los edificios que su electricidad proviene de fuentes limpias.

Como vemos, las renovables tienen el potencial de revitalizar nuestra economía y de industrializar Galicia, y las opciones que existen para integrar estas energías en la edificación nos permiten augurar un brillante éxito para el sector dentro del sector inmobiliario. Una mayor concienciación de las Administraciones Públicas, así como de los usuarios finales, nos permite asegurar que las inversiones que realicemos en la incorporación de renovables en la edificación, no solo disfrutarán de ayudas en el futuro, sino que permitirán revalorizar el inmueble. Las mejoras para incorporación de renovables no son un gasto más, son una inversión de futuro en la propiedad.