jardinería
Jardinería con rocallas
Cuando tenemos un terreno irregular, puede ser difícil planificar, diseñar e implantar un jardín; sin embargo, éste es el lugar idóneo para crear y mantener un jardín de rocallas, que además, también pueden ser valiosos refugios para fauna beneficiosa.
Cuando a un cliente le planteamos la posibilidad de un jardín de rocallas, debemos tener en cuenta que tanto las plantas como las rocas deben equilibrarse entre ellas y con el entorno donde vayan a vivir. La idea es lograr que luzca muy natural, así es más atractivo para quienes lo observen y disfruten.
La clave más importante que debemos tener en cuenta al elegir las plantas, es que éstas deben ser de estructura pequeña. Esto se debe a que su función es ser un complemento junto a las rocallas del espacio verde. Aun así, podemos tener igualmente en menor medida alguna planta de mayor tamaño de fondo o algún arbusto de sombra, pero el resto de las plantas que elijamos, deben ser pequeñas.
Otro elemento a tener en cuenta, si el terreno y el resto de los condicionantes lo permiten (espacio, presupuesto...), es la utilización entre las rocallas de una cascada y un pequeño y discreto estanque natural.
Cabe mencionar que las plantas requieran muy pocos cuidados y que puedan ser capaces de tolerar las condiciones de dicha zona. Esto se debe a que no es tarea fácil de mantenimiento trabajar para quitar malas hierbas, podar…, con lo cual, las especies que coloquemos deben ser de cuidados fáciles o escasos después de la implantación.
Cuando pienses en plantas para jardinería de rocalla, debes pensar en plantas suculentas y de hojas perennes. Es bastante aconsejable, revisar aquellas que sean nativas de la zona, para que tengan una adaptación mejor y más natural. Pero como la idea de este artículo es ayudarte a elegir, aquí tienes algunas opciones adecuadas para utilizar en un jardín de rocallas:
- Dichondra (Dichondra repens)
- Consuelda media o Búgula (Ajuga reptans)
- Aliso dorado (Alyssum montanum)
- Arabis o Arábide (Arabis caucasica)
- Lirio africano (Agapanthus campanulatus)
- Clavelina de Mar (Armeria marítima)
- Cesto de Oro (Aurinia saxatilis)
- Aethionema ¨Warley rose¨
- Alchemilla mollis
- Clavelinas o Clavel coronado (Dianthus plumarius)
- Geranio silvestre (Geranium maculatum)
- Androsage lanuginosa
- Campánula o Farolillo de los Cárpatos (Campanula poscharskyana)
- Jacinto de los bosques (Hyacinthoides non-scripta)
- Canastilla de plata o Cerastio (Cerastium tomentosum)
- Coreopsis Enanas (Coreopsis)
La mejor alternativa para obtener un aspecto natural, es utilizar rocallas erosionadas nativas de la zona que se fundan con el paisaje y el entorno que envuelve al jardín. En cuanto a la posición de las mismas, también intentaremos ubicarlas en el mismo sentido que la estructura del suelo existente e inclinarlas de modo que el agua pueda fluir sin encharcarse; esto ayuda a que las plantas absorban mejor el agua, y a que el riego sea más eficiente junto con un sistema por goteo.
Es importante asegurarse de que la cantidad y profundidad del sustrato existente entre las rocas es el suficiente como para que las plantas puedan arraigarse bien y desarrollar sus raíces correctamente. La mejor opción en estos casos es agregar humus para mejorar la calidad orgánica del sustrato e incrementar la fertilidad y mucho más fácil de aplicar entre grietas pequeñas, de modo que todas las plantas elegidas prosperen sin problemas.