gastronomia
Se acerca el Día de Todos los Santos y con él los postres tradicionales: huesos de santo, chulas, buñuelos, panellets… dulces hechos con productos de temporada como la calabaza, castañas, membrillo, boniato… En esta sección ya hemos probado a hacer postres con calabaza y con membrillo; hoy le toca el turno al boniato.
El boniato o batata es un tubérculo comestible muy apreciado en Hispanoamérica, y que en España se puede encontrar ya en casi todos los supermercados y fruterías. Puede consumirse tanto en recetas dulces como saladas, cocido, frito (¡riquísimas las “chips” de boniato!) o asado.
Lo utilizaremos para hacer unos buñuelos de boniato, que además de no llevar gluten, no llevan tampoco huevo ni leche.
No está muy claro el origen de los buñuelos; unos los remontan a la época romana, otros a la Edad Media… Lo que sí está claro es que son una de las conocidas como “frutas o frutos de sartén” más extendidos y con más variedades. Las “frutas de sartén” son básicamente una masa hecha con harina, agua, huevos… y frita en aceite; churros, orejas, pestiños, buñuelos… entran dentro de esta denominación ya recogida en “El Quijote” * .
¡Vamos allá!
INGREDIENTES
- Unos 250 g de boniato asado (lo asamos a 180º unos 40 minutos)
- 5 g de levadura seca de panadería
- 115 g de harina sin gluten
- 3 cucharadas de azúcar moreno
- Aceite para freír
ELABORACIÓN
Lo primero que haremos será lavar a conciencia el boniato. Lo secamos y metemos en el horno a 180º unos 40 minutos. Dejamos enfriar, pelamos y machacamos la pulpa.
Disolvemos la levadura en 3 cucharadas de agua.
Mezclamos los ingredientes secos: harina sin gluten, canela y el azúcar.
Mezclamos el boniato con los ingredientes secos y añadimos la levadura disuelta.
Tapamos esta masa con plástico de cocina y dejamos reposar 1 hora o más.
Calentamos el aceite y con dos cucharillas vamos cogiendo porciones de masa e introduciéndolas en el aceite. Dejamos que crezcan y vayan dorándose; seguramente se darán la vuelta solos.
Escurrimos sobre papel de cocina.
Y ahora, elige (¡elige una, no las hagas todas!):
- Espolvorea con azúcar glas, o
- Espolvorea con azúcar glas y canela, o
- Envuelve en azúcar normal, o
- Envuelve con azúcar normal y canela, o
- Disuelve una cucharada de miel con un poco de agua caliente y baña los buñuelos (o no los bañes, solo salpícalos un poco)
Dicen que es mejor comerlos templados. Eso, siempre y cuando consigas que lleguen a ese punto. ¡Verás qué ricos!