Editorial

La normativa urbanística en Vigo o el Misterio de la Trinidad

Desde finales del pasado año en la ciudad de VIGO disfrutamos del misterio de la Santísima Trinidad para la ordenación urbanística de la ciudad.

El Padre

El añejo PGOU de 1993, con sus más de 26 modificaciones puntuales, planes especiales y planeamientos de desarrollo, que reaparecen como fantasmas del pasado. Pero con mucha vida por delante en esta resurrección jurídica, de tal modo que no solo resulta de obligada aplicacion sino que puede ser objeto de modificación puntual. Lo cual no sólo es necesario sino aconsejable y ya está sucediendo. Es admisible simultanear la tramitación de una modificación puntual del PGOU con la elaboración de un nuevo PXOM, y en todo caso, si esta es autorizada, o bien se incluye en el nuevo texto o bien alcanza vida propia.

El Hijo

El instrumento de ordenación provisional nacido gracias a la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Xunta, pero sin su aprobación expresa, que recae en el pleno del ayuntamiento de VIGO. Esto se parece al otro Misterio, el de la Inmaculada Concepción.

En vigor… temporal y condicionadamente, y de aplicación sólo a determinados suelos.

El IOP es hijo único hasta la fecha, pero nada impide que sea familia numerosa, pues se pueden tramitar, y se están tramitando, otros IOP, nada lo impide salvo el cumplimiento de los requisitos de la propia ley de acompañamiento.

El Espíritu Santo

El nuevo, e imprescindible, plan xeral de ordenación municipal, cuyo trámite de redacción está previsto. El borrador inicial a punto de presentarse en sociedad, (ya se anunciaba por la concellería de urbanismo como “prácticamente terminado” en 2017). Un mesías al que se espera y se le presume la facultad de resolver los problemas de vivienda accesible con algún tipo de protección, de expansión y planificación del suelo industrial, de mejora de infraestructuras, que genere atractivo para las grandes firmas comerciales pero sin perjuicio del comercio local, capaz de resolver la escasez de dotaciones deportivas, de ocio o de zonas verdes. Un plan xeral respetuoso con el medio ambiente y que cumpla los objetivos 2030. Y al mismo tiempo un plan que resulte económicamente viable y ejecutable y que permita la obtención de plusvalías que lo hagan atractivo para el inversor y el empresario.

¿Una utopía?

Tengamos fe.