Luis Espada Recarey
Presidente del jurado de los Premios Aproin 2016
El tribunal que tuve el honor de presidir ha estado compuesto por excelentes especialistas, profesionales del mundo de la construcción, quienes intervinieron en el proceso que ha conducido a la concesión del Premio “Mejora de la imagen del sector inmobiliario” al Grupo Viqueira. El Grupo ha merecido este galardón por reunir una serie de requisitos propios de una empresa de vanguardia, que está en continua evolución en beneficio de la promoción inmobiliaria, de la expansión turística y del sector servicios.Hace cerca de 60 años nació esta empresa en Vigo, siendo su fundador D. José Viqueira Lago. Desde su inicio, ha construido más de un millón de m2 de edificación, donde se han podido albergar más de 2.500 familias. La empresa ha tenido siempre presente en sus metas la calidad, la seriedad y la vocación de servicio, características que son inherentes a su alto espíritu emprendedor y que siempre ha mantenido en sus proyectos y realizaciones tanto en Vigo como en las Islas Canarias.
Como Uds. saben, crear una empresa es un camino lleno de dificultades, con retos y altibajos que se tienen que superar, si realmente se quiere diseñar un modelo empresarial original y propio. Es un proceso que tiene que gustar porque es duro “per se”.
El impulsor del Grupo Viqueira Lago Construcciones, D. José Viqueira, ha llevado siempre en su ADN el latente espíritu creativo propio de seres emprendedores. Tuvo que sortear el miedo al fracaso y ser consciente de que el errar forma parte de toda iniciativa humana que se rige por leyes o axiomas no rebatibles: “Se fracasará muchas veces para ganar una”. Los directivos de la empresa galardonada saben que no hay una fórmula mágica para el éxito, fuera de la seriedad, voluntad y trabajo. No hay inspiración (puede que exista en la poesía) pero el desarrollo de una empresa requiere vocación, planificación y trabajo, características que se tienen que conjugar con una buena capacidad de negociación, una alta seguridad en sí mismo y una iniciativa que se coordine con el inevitable autocontrol, peculiaridades que posee cualquier liderazgo.
Todo edificio es un testimonio histórico del esfuerzo que se ha hecho para construirlo; es decir, la voluntad que se ha puesto en su construcción y la relación que guarda con su entorno con el objetivo de mejorar, en lo posible, la convivencia social de sus moradores. Y en este proceso no existen reglas predeterminadas. Lo importante es mantener un estilo que consiste, al fin y al cabo, en la voluntad de indagar aquello que mejor se adapta en cada momento y circunstancia a lo que se quiere construir, recordando a Kant: “El mundo que nos rodea es un fiel reflejo de nuestra mente creativa”.
Un buen emprendedor debe saber bien lo que se está haciendo en cada momento y lo que se hizo hasta ahora para entroncarse con una herencia que es, al mismo tiempo, una realidad tangible. Y, en el caso concreto de la arquitectura, una servidumbre fundamental reside en la funcionalidad, el reparto del peso y la fuerza, a modo de una columna vertebral, distinta de los requisitos impuestos en la escultura, donde, como pensaba Flaubert, lo difícil es encontrar el equilibrio entre el pedestal y la estatua.
De este modo, emerge la responsabilidad empresarial y, como consecuencia, la sostenibilidad al implicarse en los principios que rigen una economía de la empresa responsable y solvente, como es la del Grupo Viqueira Lago Construcciones. Peculiaridades que se identifican con los principios prácticos de una sociedad en continuo movimiento que conjuga el futuro con la esperanza y cuando se espera se enciende el entusiasmo por todo aquello que se quiere presentar mucho mejor.
Todo esto lo han tenido en cuenta el fundador José Viqueira Lago y sus seguidores para quienes cada proyecto de un edificio a construir es un nuevo reto de estudio y de planificación. No es nada nuevo, es seguir las directrices de Ramón y Cajal para quien lo importante para garantizar el éxito en cualquier actividad no estriba exclusivamente en la inteligencia sino en la voluntad (tener clara la idea de lo que se quiere y hacer el esfuerzo para conseguirlo). Es lo que él llamaba “tonificar la voluntad”. La voluntad y la pasión van muchas veces juntas y por ello, para hacer una obra importante, es necesario ser apasionado, como es el Grupo Viqueira en todos y cada uno de sus proyectos, manteniendo así su identidad con emoción, que es el modo que tiene el ser humano de percibir cosas importantes.
El tiempo de nuestra vida es en realidad el futuro, pues el pasado ya no existe y el futuro se va creando a cada momento mientras mantengamos la pasión de vivir.
Pasión y voluntad por lo que se realiza son dos de los valores que el Grupo Viqueira ha conjugado siempre. Por ello, lo valoramos, distinguimos y premiamos.