Premio Aproin 2020 a la Mejor Actuación Inmobiliaria no Residencial
Universidade de Vigo
Premio Aproin 2020 a la mejor actuación inmobiliaria No Residencial para la Universidad de Vigo, edificación situada en la Ribera del Berbés de Vigo. Los arquitectos encargados del proyecto fueron Elizabeth Abalo y Gonzalo Alonso, llevando a cabo la ejecución de la obra, la empresa constructora Arias Infraestructuras.
Sobre los restos de tres edificaciones tradicionales de la Ribera del Berbés se levanta la nueva Sede institucional y de I+D+i de la Universidad de Vigo. Una edificación de 1.500 m2 de superficie, repartida en cuatro plantas, que albergan un programa funcional flexible con espacios de trabajo, reunión, exposición, información y docencia.
La edificación, a pesar de su inequívoca expresión unitaria, conserva la huella del parcelario original y el rastro de la identidad de las edificaciones precedentes. Así, la más estrecha de las edificaciones preexistentes, acoge los espacios servidores (escalera protegida, aseos, conductos e instalaciones, y una sala de reuniones cerrada en cada una de las plantas superiores), mientras que las geometrías de los otros dos volúmenes, dan fluida continuidad a los espacios a través de las distintas plantas.
Esta dualidad entre el reconocimiento de su carácter de actuación unitaria y la significación del parcelario y de las propias edificaciones originales, se refleja también de forma acertada en la fachada del conjunto a la plaza del Berbés. Por una parte, se aplica un criterio de intervención diferenciado a cada una de las construcciones originales, en una de ellas reutilizado la propia piedra y restaurando con delicadeza los revestidos de los azulejos, por otra, se completa la altura permitida de la edificación con una celosía de pilares de madera laminada, que, además cumplir una función estructural y de protección solar, le otorga al conjunto la significación propia de un edificio institucional. Se consigue así, resolver con gran acierto, la integración de la edificación en la escala propia de este singular y querido espacio vigués.
El conjunto se finaliza con tres cubiertas longitudinales a cuatro aguas, realizadas en estructura de madera recubierta de chapa de zinc, perforadas en la zona central con dos lucernarios, que inundan de luz el espacio interior.
La construcción, se configura como un volumen de madera, apoyado en los soportales de las fachadas y muros medianeros de piedra, que se conservan de las construcciones previas. Una caja realizada íntegramente en madera: estructura, particiones y acabados incluidos, pero con sistemas industrializados contemporáneos, que optimizan el uso del material y su respuesta en el tiempo. Se conjuga de este modo, en la edificación, la tradición de la construcción naval en la que se inspira, y la innovación que supone la incorporación de los últimos avances tecnológicos disponibles, en consonancia con el destino del edificio.
El acondicionamiento térmico, se resuelve con sistema de suelo radiante integrado en el suelo compacto, alimentado por bomba y recuperador de calor. La iluminación se resuelve con líneas de led colgadas y proyectores puntualmente en las plantas bajas. Todos los conductos discurren por patinillos verticales registrables situados también en la edificación más pequeña.
La clasificación energética de la edificación es A, pero las estrategias de sostenibilidad y responsabilidad ambiental en la edificación, van más allá de la óptima elección de los sistemas activos: Refuerzo del aislamiento de lana de roca, vidrio triple con doble cámara en los huecos exteriores, ventilaciones cruzadas, protección solar de la fachada más expuesta, etc... completan una gama de estrategias pasivas encaminadas a reducir el consumo energético y la huella de carbono de la edificación, a lo que colabora el propio sistema constructivo empleado.
El jurado quiere reconocer con este premio la excelente calidad de esta edificación promovida por la Universidad de Vigo, resultado del buen hacer y del compromiso de todos los agentes que participaron en la misma, que ha permitido resolver con éxito la complejidad y dificultades de todo tipo que entrañaba.
Quiere reconocer también, el compromiso con la sostenibilidad, la responsabilidad ambiental y la apuesta por la innovación, asumidos en este proyecto como punto de partida.
Y quiere reconocer, por último, el acierto en la recuperación de un lugar fundacional de la ciudad de Vigo, como es la Ribera del Berbés, con el máximo respeto a su identidad y tradición pero sin renunciar, en todo caso, a la contribución que a cada tiempo le corresponde hacer, en el cabal entendimiento de que la innovación es una de las fuerzas motrices del proceso de construcción histórica de las ciudades.
Conviene, en este sentido, no olvidar las palabras de Gustav Mahler: “Tradición es mantener viva la llama, no adorar las cenizas”.