El Parque de Castrelos ocupa una superficie de casi 250.000 metros cuadrados, con su pazo, que sirve de Museo, tiene un jardín francés, un jardín inglés, una zona de bosque, un auditorio, un palomar, un parque infantil y un sinfín de cosas.

Su historia se remonta al siglo XIV donde se había edificado un fortín con su torre de vigilancia, que se conocía como Torre de Lavandeira, posteriormente destruida tras la retirada del ejercito portugueses. Pasa por varios propietarios hasta ser heredado por doña María de los Milagros Elduayen, marquesa de Valladares que, tras su muerte prematura lo deja a su hijo Fernando que abandona este mundo con solo 34 años y sin descendencia, queda como propietario su padre, Fernando Quiñones de León, y usufructuaria su esposa Mariana de Wythe, en el año 1928, don Fernando dona a la ciudad de Vigo esta propiedad. En el año 1955 es declarado Jardín Histórico y Bien de Interés Cultural.

Dicen que el número de árboles que hay en la finca es de 1.597 ejemplares, siendo la especie más abundante el plátano, platanusx hispanica Mill ex Munch con 360 ejemplares, pero los que nos interesan son las cuatro especies que obtuvieron una distinción de la Xunta.

Eucalyptus globulus Labill. Su nombre genérico procede del griego eu: bien y kaliptos: cubierto, el específico del latín globulus: redondeado. Conocido como eucalipto, eucalipto azul, o eucalipto común, es una especie típica de los montes de Galicia, que acumula tanto detractores como defensores, la mayoría de estos últimos se dedican a explotaciones madereras.

Es originario de Australia y Tasmania y llegó a la península por medio de fray Rosendo Salvado, natural de Tui y misionero en Australia, que envió semillas a su familia, de éstas, se supone, proceden los ejemplares de Castrelos. En un principio estos árboles fueron tratados como ornamentales, solo viendo su rápido crecimiento se decidió su uso forestal. Alcanza los 75 metros de altura y puede crecer hasta los 20 metros en solo 8 años. A esta especie pertenecen los árboles más grandes de España, plantados en Souto da Retorta en Lugo, entre los que destaca uno de 68 metros, con 10,5 metros de circunferencia en la base, y un volumen de 75 metros cúbicos, que se conoce como O Avó de Chavín.

Camellia japonica L. Es la especie de árbol, sobre todo por su flor, que más pasión despierta en la Rías Baixas, pero solo lleva entre nosotros menos de 200 años y fueron traídas a Galicia a través de Portugal, siendo el culpable el viverista José Marques Loureiro de donde procedía la camelia que, de nombre Matusalén, tiene otorgado el galardón de árbore senlleira.

Está plantada en medio del jardín francés donde ocupa una superficie muy considerable.

Fagus sylvatica L. El nombre del género proviene del latín fagus: comer, pues su fruto, el hayuco, es comestible y el específico, también latino, sylvaticus, silvestre, del bosque. Se le conoce como haya, en Galicia: faia, siendo autóctono en las provincias más orientales de nuestra Comunidad, destacando en zonas boscosas de Pedrafita do Cebreiro, O Courel, o Cervantes en Lugo.

Aparece en jardines de muchas ciudades de Galicia pero, en este caso, se trata de ejemplares escogidos como ornamentales, como ocurre con las de las de Castrelos.

Es un árbol caducifolio de gran porte, pudiendo alcanzar los 40 metros de altura. La corteza del tronco es muy lisa, grisácea. Las hojas enteras, alternas en tallos jóvenes y en fascículos en ramas viejas, de color verde lustroso por el haz y mate por el envés, amarillean en otoño dando un tono espectacular a los bosques. Las flores masculinas son amentos y las femeninas dispuestas en grupos de tres. Su fruto contiene una semilla comestible con sabor a pipas de girasol, tiene gran valor para la alimentación, tanto para humanos como para los animales.

Existen varios cultivares entre los que destacan “fastigiata”, significa que las ramas crecen paralelas al tronco, “atropurpúrea” por su color púrpura, “péndula”, por la ramas caedizas tipo sauce llorón.

Liriodendron tulipifera L. El término liriodendron significa árbol productor de lirios, y tulipífera productor de tulipas. Se le conoce como Árbol de las tulipas, Tulipero de Virginia o Tulipero, así, a secas. Es un árbol caducifolio que alcanza los 50 metros de altura y puede llegar a un diámetro de de 2,5 metros.

Las hojas tienen 4 lóbulos picudos, hay quien dice que recuerda la silueta de un tulipán, de ahí su nombre específico, hay, por contra quien dice que se debe a la flor que producen, cualquiera de las dos explicaciones parecen válidas. Florece abundantemente con flores amarillo verdosas sobre todo en ejemplares viejos. Es originario de los estados más cercanos a la costa atlántica de Estados Unidos.

En Castrelos están plantados dos ejemplares de un tamaño excepcional, uno de ellos tiene el tronco horadado con un hueco enorme, de hecho, cuando fui a sacar fotos, lo inspeccionaron tres turistas alemanas, quien sabe, igual buscaban alojamiento barato. El otro está atado con una cuerda a un metro de altura.