Aproin Digital 171 / La industrialización, clave para mantener la competitividad  

La industrialización, clave para mantener la competitividad

Isabel Alonso

directora de sostenibilidad y desarrollo de negocio en BMI group_
miembro del consejo general del CICCP

Desde hace años se ha querido impulsar la digitalización y la industrialización de los procesos en la edificación para llevar a España al nivel de otros países de nuestro entorno, así como para alcanzar a otros sectores productivos más avanzados en estos términos. Sin embargo, nuestra idiosincrasia y propia trayectoria han hecho que sea durante estos últimos años cuando realmente esté tomando impulso la industrialización alcanzando más allá de las grandes constructoras. Una de las causas principales que está acelerando esta transformación es la escasez de mano de obra actual, que previsiblemente se agudizará en el futuro debido a la falta de relevo generacional, provocando la búsqueda de sistemas y métodos constructivos más eficientes y rápidos en su ejecución.

La industrialización la podemos ya reconocer en viviendas que salen de fábrica en módulos a ensamblar en el solar de destino incluyendo hasta los mecanismos de los interruptores de la luz, pero también en sistemas 2D de fachadas o incluso en módulos 3D de cuartos de baño que simplifican en gran manera las intervenciones de reforma en hoteles, por ejemplo.

Se produce un cambio significativo en la relación con el cliente en muchos aspectos. Primero, porque ha de estar el proyecto totalmente definido en la etapa inicial para que se produzca el encargo a fábrica, como ocurre al adquirir un vehículo nuevo. Segundo, por el exhaustivo control y seguimiento del proceso productivo que permite reducir sustancialmente la incertidumbre en plazo y coste, así como aumentar la calidad del producto final, posibilitando un camino de mejora reputacional de la industria. Y tercero, aunque se podría continuar la lista, porque se considera un menor uso de materiales, energía y agua, así como de generación de residuos, siendo un proceso más alineado con la búsqueda de una sociedad sostenible. Dichos impactos positivos lo siguen siendo si nos posicionamos en el lado del constructor o instalador, con optimización de plazos de ejecución, recursos, planificación, etc. redundando en una mayor rentabilidad de la obra.

La vivienda industrializada como tal en España representa menos del 1%, muy inferior a países de nuestro entorno como Alemania (9%) o Reino Unido (7%) y lejos de Suecia donde es mayoritaria, según datos del Clúster de la Edificación 2020. Si bien, sí se va introduciendo de una manera más intensa en forma de sistemas constructivos industrializados como puede ser un sistema de cubierta que ahorra el 50% de tiempo de ejecución asegurando altas prestaciones dado que todos sus elementos han sido diseñados para trabajar en su conjunto. Esto requiere una especialización por parte de las empresas constructoras y sus equipos para realizar el montaje en obra que ofrezca la máxima calidad y asegure las prestaciones con las que se diseñó. Para ello, la formación para la actualización del conocimiento se hace ahora más que nunca imprescindible, así como conocer qué propuestas ofrecen los fabricantes, pudiendo aprovechar los encuentros sectoriales que ya se están retomando como Rebuild (26-28 abril en Madrid), Contact (12-13 mayo en Toledo) o ePower&Building (15-18 noviembre en Madrid).

Las tensiones del precio de la energía y materiales, así como la escasez de mano de obra, han hecho que más empresas constructoras sean proclives a acelerar la industrialización en sus procesos, tanto para obra nueva como en rehabilitación, pues les permitirá ser resilientes en un futuro cambiante manteniendo su competitividad.