La vivienda se sitúa en una parcela urbana cualificada como vivienda colectiva y entre medianeras pero nace con el objetivo de dar refugio, en principio, a una familia de 4 pero planteando la posibilidad de crecer en el futuro próximo.

Por estas condiciones urbanísticas y la necesidad de hacer una mínima vivienda y en una sola planta, la vivienda se eleva del terreno y de ahí surge su nombre de "Casa Palomar". Esta intervención da como resultado un gran jardín cubierto como "vivienda de verano" y una casa elevada y captadora de sol como "vivienda de invierno".

Todo el proceso constructivo se plantea bajo tres premisas: industrializable, respetuoso con el medio natural y desmontable. Por ello se ejecuta completamente en seco, con materiales unidos unos a otros en seco, sin hormigones, cementos ni elementos adheridos sino atornillados en la medida de lo posible.

Los materiales elegidos en su mayoría son de primera transformación y la vivienda tanto en su estructura como en sus acabados interiores esta realizada en madera laminada y aserrada con el sistema constructivo de entramado ligero de madera. Es por ello que la vivienda se entiende como un refugio absorbedor de CO2 y con un muy pequeño gasto energético durante toda su vida útil.

La vivienda podría resumirse entonces como un ejercicio práctico a pequeña escala de cómo desde la arquitectura podemos construir con mayor control industrializadamente, de una manera más respetuosa con nuestros entorno próximo y creando entornos habitables saludables.